Aliméntate de comida real, no de comida empaquetada, ni de promesas; cambia una pequeña cosa cada semana; hazlo lo mejor que puedas; enseña a cocinar y cocina con tus hijos; insiste en lo ético; planta tus propios alimentos; cocina desde el corazón; deja de comer números (contar calorías, porcentajes); celebra con comida; di un no rotundo a alimentos modificados genéticamente; apoya las granjas locales; ¡pásalo!
Sacado de: http://www.foodmatters.tv/